...y entonces, abrí los ojos.
Decir que no me creía lo que veía era poco. No entendía lo que tenía ante mis ojos. Podríamos decir que era como volver a los primeros días de mi vida. Todo me era extraño. ¿Me engañaban mis ojos? ¿O tan sólo me enseñaban lo que eran capaces de interpretar, que era poco?
Si en algún momento de la travesía que ya no recordaba había estado asustado, en ese momento lo estuve aún más. El sentimiento de indefensión llegó a su cumbre.
¿Qué me quedaba hacer? Ya ni siquiera estaba seguro de encontrarme en el desierto.
Cerré los ojos durante unos instantes y los mantuve cerrados, deseando que, al abrirlos, volviese a ver el desierto que creí iba a acabar conmigo. En vano.
"¿Y ahora qué?"
2 Comments:
Eso digo yo...porque esto sigue,¿no?
Saludos:)
...y bien dicho, Dalia. Al final conseguí que siguiera, je, je, aunque me costó bastante encontrar algo que resultase coherente con lo demás que había escrito.
De hecho, eso que ves es un trocito de una historia más larga que tenía pensado presentar a un concurso. La colgaré, quizá, de aquí a unos días; aunque colgándola como un post igual es un poco larga. Bueno, ya veré.
Hasta pronto! :)
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